En el corazón de la selva maya, donde la naturaleza se funde con la espiritualidad, nace Yax-té, un centro de yoga que toma su nombre del majestuoso árbol de la ceiba, conocido como Yaxché en la lengua maya. Este árbol sagrado, símbolo de conexión entre el cielo y la tierra, representa la unión entre el cuerpo, la mente y el alma, un concepto que resuena profundamente con la esencia del yoga